y un día se fueron los pelos largos, la rebeldía, la sed de alegría. Resignamos nuestras almas, nuestras mentes, y ahora somos solo "gente", que no tiene distintivos. Somos lo que otros dicen que somos; lo que otros creen que somos; lo que nosotros decimos que somos; pero nunca más, lo que realmente somos. Y si crees que para esto hay una salida, has de saber, nena, mas que nunca estás perdida.
Qué bien escribís Octavio, sos vos. Posta posta.
ResponderEliminarAnónimo - incógnito
te adoro, lo olvidaba.
ResponderEliminar